jueves, 27 de noviembre de 2008

LA VOZ DE LA CALLAS






Acabado el equipaje, Nicky se sirvió un oporto antes de sentarse junto al calor de los leños que ardían en la chimenea, pues a pesar de estar a mediados de julio, había decidido quemar un par de troncos con el fin de disipar esa humedad insoportable que se cernía sobre Londres. Acercó la copa al fuego para examinar la tonalidad de la bebida y a continuación la olisqueó con los ojos cerrados.

Desde su cadena de alta fidelidad, la voz de la Callas iniciaba en aquel momento el aria La mamma morta de Andrea Chénier.





(El suplente del suplente - Xavier Calicó; Quatro, Ed. Folio: Barcelona, 2006)

jueves, 20 de noviembre de 2008

DESTROZANDO LOS GOZNES




Pese a los importantes altibajos que sufría su vida amorosa imaginaba, como en su poema preferido, que él no pertenecía al grupo de aquellos que llaman a la puerta de las mujeres con los nudillos, tímidamente, sino de esos que irrumpen en sus vidas destrozando los goznes y marcándolas para el resto de sus días.



(El suplente del suplente - Xavier Calicó; Quatro, Ed. Folio: Barcelona, 2006)


jueves, 13 de noviembre de 2008

OCHO COLUMNAS


Sir Benjamin Lee estudiaba la costa con prismáticos. Ocho columnas, la mayoría de ellas cercenadas, se levantaban orgullosas sobre un promontorio contra el cielo inmaculado; sin duda se trataba de vestigios de la civilización griega o romana. ¿Era parte de una acrópolis? Benjamin Lee dudó y se decantó más por la teoría de que pudiera tratarse de las ruinas de uno de los templos donde a Apolo, aquel dios hermoso que tocaba la lira como nadie, le dio por habitar en épocas pasadas. Con los prismáticos ante sus ojos, Lee se preguntó: ¿Dónde te ocultas ahora, Apolo? ¿Qué ha sido de tu vida, si es que aún existes? ¿Te asesinaron los otros dioses menores... o quizás, al no soportar la ofensiva vulgaridad que reina hoy en día en los rasgos humanos, tú, que fuiste el más bello de todos, decidiste desaparecer para siempre?




(El suplente del suplente - Xavier Calicó; Quatro, Ed. Folio: Barcelona, 2006)


jueves, 6 de noviembre de 2008

HACER LA CORTE



Se conocieron en una recepción íntima ofrecida por el duque de Kent. Cohen no era joven, quizá sobrepasaba los cuarenta años; Emma, en cambio, acababa de cumplir los veinte. No cruzaron ni una palabra, por lo que su extrañeza fue enorme cuando al día siguiente ella recibió un ramo de rosas, junto a una tarjeta en la que únicamente se leía, impreso en caligrafía inglesa, el nombre de Sir Alfred Cohen. Y así, durante semanas aparecieron invariablemente idénticos ramos de flores a la misma hora de cada día, hasta que su madre, intrigada, le confesó: "Nunca he presenciado en mi vida una forma tan aburrida de hacer la corte".



(El suplente del suplente - Xavier Calicó; Quatro, Ed. Folio: Barcelona, 2006)
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