miércoles, 29 de octubre de 2008

PEPPINO DÈ CAPRI, SERGIO ENDRIGO






Fueron demasiados años agobiados por una moral asfixiante: no hagas esto, no hagas lo otro. Recuerda, le ordenaba su madre, a medianoche te quiero ya en casa... Aquel ferragosto, con su primer novio bajo el entoldado de Forte dei Marmi; el aire caliente quemaba la garganta como la cal viva, y había un poco de arena en el fondo de la botella de vino. Después de bailar las canciones de Peppino dè Capri, de Sergio Endrigo, abrió el portal del jardín cuando despuntaba el alba, en medio del piar de los pájaros... Y su madre esperándola en el pasillo con lágrimas en los ojos: ¿Sabes qué hora es?


(El suplente del suplente - Xavier Calicó; Quatro, Ed. Folio: Barcelona, 2006)

sábado, 25 de octubre de 2008

EL RESTAURANTE ESTABA LISTO



El restaurante, que rodeaba la piscina y la pista de baile, estaba listo para recibir a los primeros comensales con los camareros inmóviles como figuras de cera bajo los farolillos que colgaban de árboles frutales. Los manteles eran de un rosa pálido y las servilletas se erguían coquetonamente, en forma de cucuruchos, sobre los platos. En el centro de las mesas las velas, protegidas por tulipas de vidrio, arrancaban reflejos matizados en copas y cubertería.






(El suplente del suplente - Xavier Calicó; Quatro, Ed. Folio: Barcelona, 2006)




jueves, 16 de octubre de 2008

EN SUS OJOS



En sus ojos latía el rescoldo de una antigua arrogancia, una mirada helada, inquisidora, que no reflejaba emoción alguna, como esos montones de nieve resguardados al pie de las fachadas en sombra.






(El suplente del suplente - Xavier Calicó; Quatro, Ed. Folio: Barcelona, 2006)


viernes, 10 de octubre de 2008

¡PINTO!


¡Pinto! (...) ¿Te parece poco? Mientras vosotros os rascáis la panza, yo paso las tardes enteras delante de un cuadro, luchando por conseguir una emoción que no siempre aparece. ¿Sabes qué experimenta uno después de tres o cuatro horas de trabajo sin haberlo logrado? Te lo aseguro, Lawrence, no es nada agradable. No me hables de pasatiempos.




(El suplente del suplente - Xavier Calicó; Quatro, Ed. Folio: Barcelona, 2006)