jueves, 25 de junio de 2009

DE REPENTE


De repente, cuando faltaban veinticinco metros, algo ocurrió en su interior, algo que Stanley ya presentía le sobresaltó como una llamada a la cordura: ¿Qué hacía allí en medio, luchando estúpidamente? Y recordó la frase que su abuelo le dijera un día, mientras paseaban por los campos de trigo, cuando aún no había cumplido quince años: "Quizá llegues a convertirte en alguien, pero serás un desgraciado toda tu vida, pues crees estar por encima de los demás".
¿Por qué luchar para ceñirse las sienes con una corona de laurel? Pero ¿acaso no pretendía ser una leyenda? ¿Dios! A ese absurdo precio, nunca. ¡Qué idiota se sintió, nadando demencialmente hacia la meta para arañar unas décimas de segundo a sus rivales!

Llegó tercero y con el corazón palpitando en el pecho a punto de reventar, pidió perdón con la mirada a su entrenador.



(El suplente del suplente - Xavier Calicó; Quatro, Ed. Folio: Barcelona, 2006)

jueves, 18 de junio de 2009

ENTRE BRUMAS DE CALOR



Se oyó el zumbido de los motores antes de que pudiera verse en el cielo sin nubes de una tarde de julio de 1979. Poco después, un puntito brillante como una gota de mercurio apareció entre brumas de calor y fue acercándose hasta convertirse en un bimotor que dibujaba un giro muy amplio sobre la bahía.

(El suplente del suplente - Xavier Calicó; Quatro, Ed. Folio: Barcelona, 2006)


jueves, 11 de junio de 2009

MEMORIAS DE ÁFRICA


¿Has leído Memorias de África?


-¿De Karen Blixen? No.


-Bien, pues hay un poema que no recuerdo exactamente pero que me impresionó. -William Wellesley dirigió la mirada hacia el ventanal y la dejó vagar por encima de los taxis y los transeúntes hasta perderse más allá del cielo plomizo, más allá aún del lugar secreto donde los copos de nieve toman forma. Y cuando alcanzó ese mundo fuera del mundo, continuó muy despacio-:
Escucha, empieza así: Conozco una canción de África que habla de la jirafa y de la luna descansando sobre su lomo, de los surcos de los campos de cultivo y de las caras sudorosas de los recolectores de café. Y entonces la Blixen cambia de dirección para preguntar ahora algo que le interesa mucho más: ¿Acaso conoce África una canción que hable de mí? Yo, en esta frase no aprecio egocentrismo, sólo un deseo íntimo de ser recordada...



(El suplente del suplente - Xavier Calicó; Quatro, Ed. Folio: Barcelona, 2006)