jueves, 5 de febrero de 2009

EL CARÁCTER IRREVERSIBLE DE SU ADIÓS



Descendió la escalinata y con las manos en los bolsillos y la mirada fija en el camino de grava, comenzó a cruzar el parque, en calma, manteniendo la misma cadencia, el mismo ritmo en el andar, hasta recorrer el trecho por donde pocos instantes antes la ambulancia se había llevado a su madre, perseguida por los perros que parecían presentir el carácter irreversible de su adiós.



(El suplente del suplente - Xavier Calicó; Quatro, Ed. Folio: Barcelona, 2006)
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