Era un enorme jardín consagrado al tedio y a la soledad, apto para la lectura y la tranquilidad; y sobre todo era un hotel para dormir, despertar y tras dos deliciosas horas de silencio, dar la bienvenida al sopor con que se anuncia un nuevo sueño todavía más profundo que el anterior.
(El suplente del suplente - Xavier Calicó; Quatro, Ed. Folio: Barcelona, 2006)
No hay comentarios:
Publicar un comentario