Kazansakis era la antítesis del lechuguino. En él se aunaban la voluntad del latin lover y el físico del estibador de puerto. Y es bien sabido que esta dicotomía suele dejar extasiada a la dama que busca emociones fuertes.
(El suplente del suplente - Xavier Calicó; Quatro, Ed. Folio: Barcelona, 2006)
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